Las Filipinas se reinventa como el nuevo destino oriental de moda: surf, arrozales infinitos, playas de arena blanca abrazadas por palmeras, arrecifes increíbles para bucear, islas sin turistas para sentirnos como náufragos… ¡Desconexión total! Es hora de viajar a este lugar poco conocido pero sorprendente. De entre todos los lugares exóticos de Filipinas, nosotros nos centraremos en Bohol y el Nido. Como una imagen vale más que mil palabras, desde el Club del Viatger te damos a conocer en este pequeño vídeo este sorprendente país llamado Las Filipinas
Bohol
Puede parecer turístico, pero en cualquier visita a Bohol es imprescindible desviarse hacia el interior para contemplar las montañas de Chocolate y ver a los tarseros, unos simpáticos primates de ojos grandes. Se recomienda llegar al fin de semana para disfrutar de una vista memorable de estos montículos que se extienden hasta el nublado horizonte. Pero Bohol, a un paseo en ferri desde Cebú, tiene un atractivo muy especial: el submarinismo que se practica en los alrededores de Pangla. También se pueden practicar actividades de aventura. Palawan es para muchos, el último paraíso en la Tierra. En la isla del Nido se pueden encontrar algunas de las calas y playas de arena blanca más vírgenes del sudeste asiático, con unas aguas cristalinas y de un color turquesa casi irreal. El Nido se encuentra a poco más de 400 kilómetros al suroeste de Manila y a menos de 250 kilómetros al noroeste de la capital de la provincia de Palawan, Puerto Princesa. La forma más cómoda y rápida para acceder al Nido es desde Manila.
¿Qué hacer en El Nido?
El Nido se caracteriza principalmente por el espectacular escenario que ofrece su naturaleza y sus claras aguas cristalinas. Todo ello acompañado por la tranquilidad que caracteriza a la región lo convierte en un escenario idílico.
Está rodeado por un total de 45 islas e islotes que convierten al Nido en el espacio idóneo para la aventura y para disfrutar de la naturaleza que lo compone. Si prefieres descubrirlo por tierra, podrás practicar trekking e incluso escalada.
Una de las excursiones más atractivas es el ascenso al Nido Cliff.
El Nido también es el lugar idóneo para practicar snorkeling y submarinismo
También es posible realizar excursiones en cayado alrededor de la Big Lagoon y la Small Lagoon. Pero sin duda, uno de los tesoros más grande del Nido son los Tours que se pueden realizar en sus aguas. Las Filipinas. ¡Un lugar que no podrás olvidar nunca!
Terrazas de arroz de Banue y Batad
Estas terrazas son uno de los paisajes más emblemáticos de Filipinas, declarados Patrimonio de la Humanidad en 1995.
Con aproximadamente 2000 años de antigüedad fueron construidas por las tribus de «Ifugao» y suponen una gran obra de ingeniería si nos atenemos a los medios que presumiblemente disponían. Se pueden considerar un ejemplo perfecto de sostenibilidad y aprovechamiento del entorno sin alterarlo. A pesar de las dificultades siguen siendo un paisaje espectacular y de gran belleza que por descontado merece una visita Aunque Banaue ha perdido atractivo debido a la construcción de edificios, constituye la entrada a este peculiar mundo de las terrazas de arroz de Filipinas. Muchos locales se ofrecen de guía a través de estos valles, una ayuda necesaria para no perderse en este ecosistema con multitud de rutas diferentes.
La siguiente parada imprescindible es Batad, con una de las más espectaculares terrazas de arroz del mundo. A pesar de estar relativamente aislado, esta es la meca y destino final para muchos aventureros. El objetivo para aquellos que buscan tranquilidad y un poco de frescura en un país caluroso. Sin la presencia de vehículos y con la única electricidad de paneles solares, poco a poco el turismo ha ido arraigando en este recóndito paisaje y se pueden encontrar más de una docena de hostales. Afortunadamente, esto no ha alterado aún la tranquilidad de un pueblo donde el toque de queda es a las 8 de la tarde, momento en el que la gente ya se prepara para dormir.
Ataúdes colgantes en Filipinas
En el interior de Filipinas, en una zona montañosa de la isla de Luzón, se encuentra el municipio de Sagada, un lugar donde se llega por carreteras sinuosas conocido por los ataúdes colgantes en los acantilados. En el valle de Mountain, con paisajes verdes y arrozales, vive la tribu de los Igorot. Esta práctica funeraria que aún realizan los más ancianos se puede ver en Tiro Valley. La tradición dice que cuanto más arriba estén los difuntos más fácil será llegar al cielo y más cercanos estarán los familiares, pero también podría tener una explicación más práctica. Se dice que el hecho de no hacer inhumaciones y colgar las cajas podía ser una forma de no ocupar las tierras reservándose exclusivamente al cultivo y de alejar los cuerpos de los animales y de los deslizamientos de tierra.
Según explica la tradición los ataúdes son fabricados artesanalmente con madera. Cuando hay un muerto se le vas a ver con indumentaria de colores e insignias para facilitar el reconocimiento de los familiares cuando llegue al cielo. Se pone dentro del ataúd en posición fetal, como para completar el ciclo vida-muerte. El ataúd es colocado en el acantilado de una montaña o en ocasiones en cuevas, pero siempre en lugares donde llegue la luz del sol para dar «vida» al alma del muerto. Así puede disfrutar de los bosques, el paisaje y entrar en contacto con los espíritus que vagan.
Junto a algunos ataúdes también se pueden observar sillas colgadas que eran las que utilizaba el muerto para sentarse, para que los acompañen también al más allá.