Después de desayunar, comenzaremos nuestra ruta hacia Sigiriya, una de las joyas más impresionantes de Sri Lanka y Patrimonio de la Humanidad. Con sus 200 metros de altura, esta antigua fortaleza se erige majestuosa entre la vegetación como un testigo del pasado.
A nuestra llegada, nos adentraremos en la historia de este lugar legendario, construido por el rey Kasyapa en el siglo V. Empezaremos la visita cruzando los jardines reales, considerados de los más antiguos del mundo, donde veremos estanques artificiales y canales de agua diseñados con gran precisión.
A medida que avanzamos, los primeros escalones nos llevarán a la Pared de los Espejos, un antiguo muro pulido que reflejaba las imágenes y estaba decorado con inscripciones dejadas por los visitantes de épocas pasadas.
Seguiremos ascendiendo hasta llegar a los famosos frescos de las doncellas de Sigiriya, pinturas murales que han sobrevivido más de 1.500 años, mostrando figuras femeninas rodeadas de flores y ornamentos exóticos. Después, llegaremos a la impresionante plataforma del León, donde aún se conservan las gigantescas garras esculpidas en la roca, que daban acceso al antiguo palacio.</p>
Finalmente, abordaremos el último tramo de ascenso para llegar a la cima de la fortaleza. Desde allí, disfrutaremos de una panorámica espectacular
de la selva y las tierras verdes de Sri Lanka, un paisaje que recompensará nuestro esfuerzo. Mientras recorremos las ruinas del palacio real, podremos imaginar cómo era la vida en este enclave hace siglos.
Después de almorzar en un restaurante local, continuaremos la ruta para descubrir otro tesoro histórico: Polonnaruwa, la antigua capital medieval de Sri Lanka. En esta ciudad en ruinas, declarada Patrimonio de la Humanidad, pasearemos entre templos, palacios y esculturas de piedra que nos transportarán a la época dorada del reino cingalés.
Visitaremos el recinto del Palacio Real, donde aún se pueden ver los cimientos de la residencia del rey Parakramabahu I, así como el impresionante Vatadage, un antiguo templo circular decorado con delicadas esculturas budistas. Al avanzar por el yacimiento, descubriremos el Gal Vihara, un conjunto de cuatro majestuosas estatuas de Buda esculpidas en granito, consideradas una de las obras maestras del arte cingalés.
Terminaremos la visita con un paseo entre antiguos monasterios y estanques artificiales, testimonios del ingenio de los antiguos habitantes de Polonnaruwa.
Al finalizar las visitas, regresaremos al hotel para cenar y alojarnos.