¡Hola, amigos viajeros!
Hoy os invitamos a viajar más allá y dejaros sorprender por la magia de Escocia.
Durante el otoño, cuando las hojas comienzan a teñirse de tonos rojizos y dorados, Escocia se transforma en un escenario de cuento. El aire fresco y nítido, la niebla que envuelve las montañas y la luz suave del otoño hacen de esta época del año un momento ideal para descubrir su historia, su preciosa naturaleza y su patrimonio único.
Si queréis saber qué ver en Escocia durante el otoño, ¡os animamos a seguir leyendo este artículo!
Una ruta por los castillos más emblemáticos
Escocia está rodeada de castillos y palacios, testigos de un pasado lleno de intrigas, batallas y leyendas. En otoño, rodeados de bosques coloridos, adquieren un encanto aún más especial. Os invitamos a descubrir algunos de los más emblemáticos, repartidos por el territorio.
El Castillo de Stirling, situado sobre una colina estratégica, fue clave en las guerras de independencia de Escocia. Sus murallas y salas reales nos transportan a la época de William Wallace y Robert the Bruce.
El Castillo de Blair es uno de los castillos más pintorescos del país. Con sus fachadas blancas y su entorno de bosques rojizos, es el escenario perfecto para disfrutar de la esencia histórica escocesa.
Por otro lado, el Castillo de Inveraray es de estilo gótico-barroco y destaca por su elegancia y por el espectacular paisaje que lo rodea, a orillas del lago Fyne.
A la orilla del famoso lago Ness se encuentran las ruinas del Castillo de Urquhart. Este ofrece unas vistas impresionantes y un toque de misterio inigualable.
Por último, el Palacio de Scone fue el antiguo lugar de coronación de los reyes de Escocia. Este palacio combina historia, arquitectura y unos jardines espléndidos donde los colores del otoño estallan con fuerza.
La elegancia de Edimburgo y la creatividad de Glasgow
Después de recorrer valles, castillos y paisajes envueltos en niebla, las grandes ciudades escocesas nos ofrecen una pausa vibrante y llena de contrastes. Edimburgo y Glasgow, separadas por poco más de una hora, son dos caras de una misma moneda: una con la elegancia de la historia, la otra con la energía creativa del presente.
Edimburgo, con su castillo dominando el horizonte, la Ciudad Vieja llena de callejones empedrados y el Royal Mile, es una parada obligada. En otoño, pasear por el parque de Holyrood o por Princes Street Gardens se convierte en una experiencia especialmente idílica.
Por el contrario, Glasgow es una ciudad más moderna, creativa y conocida por su arte urbano, sus museos gratuitos y una cultura vibrante. Durante el otoño, la ciudad invita a perderse por las galerías del Kelvingrove o a disfrutar de música en vivo en algún pub acogedor.
El Jacobite, una travesía mágica por los Highlands
Si hay una experiencia que transforma completamente la manera de ver Escocia, es subir a bordo del tren Jacobite. Su recorrido desde Fort William hasta el pequeño puerto de Mallaig es una de las travesías ferroviarias más bellas del mundo. A ritmo lento y con el silbido del vapor, el tren cruza paisajes de alta montaña, bosques dorados y valles solitarios.
El momento álgido es, sin duda, cuando atraviesa el viaducto de Glenfinnan, inmortalizado en las películas de Harry Potter como el «Expreso de Hogwarts». Hacer este recorrido en tren en otoño es sentirse dentro de una preciosa postal.
Glencoe, la belleza a flor de piel
El valle de Glencoe, uno de los lugares más sublimes de Escocia, ofrece panorámicas inolvidables. Este paisaje escarpado, marcado por sus imponentes montañas, se vuelve aún más impactante cuando las montañas se tiñen de tonos rojizos y dorados. Es un paraíso para los amantes del senderismo, la fotografía o simplemente para contemplar la naturaleza.
En el Club del Viatger, tenemos preparado un viaje inolvidable para que descubras la Escocia más auténtica del 30 de septiembre al 6 de octubre. Época en la que la naturaleza se viste con los colores del otoño.
Por tanto, Escocia en otoño es una escapada ideal para desconectar y vivir experiencias únicas. Hacer un trayecto en tren entre montañas, visitar castillos envueltos en niebla o degustar un buen whisky escocés son solo algunas de las vivencias que te esperan. Es un viaje que combina naturaleza, historia y cultura en un entorno tranquilo y acogedor, perfecto para disfrutar con calma y sin prisas.
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